29 de octubre de 2015
Desde la Asociacón REDES Nueva Frontera afirman que apelarán a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Hace algunos días se conoció la historia de una mujer que denunció a su pareja por transmitirle VIH. El caso llegó a juicio y el debate se reanudará este viernes luego de haberse postergado el pasado lunes. El hombre está imputado por lesiones gravísimas, delito excarcelable que contempla una pena de 3 a 10 años de cárcel. Sin embargo, desde la Asociación Redes Nueva Frontera advirtieron que, en caso de que el acusado sea condenado, apelarán ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Una mujer de 35 años abrió el debate en Mendoza cuando hizo pública su denuncia hacia su pareja por haberle transmitido el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), ya que, según su relato: el hombre sabía que tenía este virus y nunca se lo dijo. Incluso, en declaraciones a diario El Sol, afirmó que fue manipulada para evitar usar protección durante las relaciones sexuales.
Ante estas declaraciones, el acusado- cuya identidad no se revelará para proteger su intimidad-junto a Gustavo Granella y Estela Carrizo, presidentes a nivel local y nacional de la Asociación Redes Nueva Frontera respectivamente, dialogaron con SITIO ANDINO para contar su versión de los hechos y dar su visión sobre el juicio que se lleva adelante y que puede tener “terribles consecuencias si continúa o si se condena al imputado”.
“Siempre nos cuidábamos”
Según su relato, el acusado-al que esta nota de ahora en adelante hará referencia como Luis para no revelar su verdadera identidad- y la denunciante eran amigos desde hacía tiempo, incluso eran parte del mismo grupo de reuniones y salidas. Más tarde, la relación se volvió más íntima pero sólo estuvieron juntos por seis meses.
“Iniciamos una relación que ambos planteamos como ‘abierta’. Siempre nos cuidábamos para tener relaciones sexuales. En dos ocasiones se rompió el preservativo pero era una precaución que siempre tomábamos”, aclaró Luis.
La relación, según comenta el acusado, no prosperó. A los seis meses, le diagnosticaron cáncer testicular y luego, meningitis, por lo que permaneció internado el resto del año y dejaron de verse.
“Al tiempo y por algunos contactos de ella, se enteró de mi diagnóstico y ahí es cuando se hace la prueba y le da VIH positivo”, cuenta y el resto de la historia ya se conoce.
Ahora, Luis enfrenta un juicio y ahí es cuando Granella (foto izquierda) y Carrizo toman participación. “La denunciante se ampara en un artículo del Código Penal, el 91 para ser precisos, que lo acusa de lesiones gravísimas por dejarle secuelas como el VIH”, explica la presidente de Redes a nivel nacional. Y agrega: “Pero él (por Luis) está protegido por la Ley Nacional de Sida nº 23.798 que, en sus artículos 2 y 6 expone el derecho de la persona a la confidencialidad tanto suya como de terceros: nadie puede divulgar su diagnóstico sin su consentimiento. Pero aunque los abogados hayan planteado esto, no se concedió la nulidad. Por este motivo, si es condenado, vamos a llevar el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”, afirma.
“Entendamos que esta ley es para proteger a las personas que viven con VIH. Es muy difícil decirlo, afrontarlo. Tiene un costo contarlo. Todos sabemos las consecuencias que tiene a nivel social: te discriminan, no te dan trabajo o te echan, hay un estigma social por lo que muchos prefieren no decirlo. Luis tuvo una relación estable anterior y ahí lo compartió, este era un vínculo distinto e igualmente se tomó la precaución de usar preservativos”, manifestó Granella.
Tanto Carrizo como Granella exponen que, a partir de ahora, se deben realizar estudios más profundos que permitirán determinar el tiempo que la denunciante lleva viviendo con VIH para ver si coincide con la época en la que estuvieron juntos.
“Hay fases en esta enfermedad: primero te diagnostican VIH y la última etapa es el SIDA que es la enfermedad. Si una persona con SIDA tiene relaciones sin protección con otra, probablemente se lo transmita, lo curioso es que la denunciante vive hace dos años con VIH y no está enferma por lo que existe la posibilidad de que se lo haya transmitido otra persona”, expone Granella.
Sentar precedentes
Lesiones gravísimas es un delito excarcelable que prevé penas de 3 a 10 años. Sin embargo, al ser el primer caso en Mendoza en el que se denuncia a una pareja, esto puede sentar un precedente lo que desata el temor de los miembros de Redes.
“Condenar a una persona con VIH vulnera sus derechos, de hecho, vuelve a todos aquellos que viven con este virus vulnerables. Por ejemplo, hay mujeres que, pese a esta situación, desean ser madres. Si bien existe un protocolo que evita el contagio de madre a hijo, cualquier madre podría ser entonces denunciada por transmitirle el virus a su bebé, esto es una locura. Retrocede muchísimo en los avances que se vienen realizando hace muchos años. Sin mencionar, que cualquier persona que contraiga el virus podrá denunciar a otra y acusarla de que se lo transmitió y ¿cómo lo comprobamos?”, expresó Carrizo (foto derecha).
«Además, esto podría tener terribles consecuencias ya que muchos preferirán no hacerse el examen de VIH porque, de comprobarlo, deberán comunicar que tienen este virus y quedan estigmatizados en la sociedad. No es un tema para analizar superficialmente», cerró Granella.
Este viernes por la mañana se reanuda el debate y, a partir de lo que suceda durante el juicio, serán las decisiones que tomen las partes.
Fuente: Diario Sitio Andino
Foto – Gentileza: Axel Lloret
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