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QUE ES EL VIH SIDA

PRENSA

Un estudio estadounidense subraya la necesidad del cribado y tratamiento de los trastornos psiquiátricos prevalentes en esta población para reducir el riesgo de conductas suicidas

Las personas con el VIH son más propensas a tener ideaciones suicidas si se les ha diagnosticado depresión o ansiedad, si han tenido un consumo problemático de sustancias estimulantes o si han declarado consumir varias sustancias. El cribado de los factores de riesgo clínicos y sociodemográficos servirá como herramienta para que médicos y profesionales de la salud puedan abordar y prevenir el riesgo de ideaciones y conductas suicidas en esta población. Estas son las principales conclusiones de un estudio estadounidense cuyos resultados se han publicado en la revista Journal of Affective Disorders.

Aunque el manejo clínico del VIH ha mejorado sustancialmente en los últimos 20 años gracias al tratamiento antirretroviral eficaz, las personas con el VIH siguen estando expuestas a un alto riesgo de padecer diversos problemas psiquiátricos (ansiedad, depresión, etc.) y de consumo de sustancias que conllevan una mayor morbimortalidad si se compara con las personas sin el VIH. En este sentido, resulta especialmente preocupante que las personas con el VIH presenten tasas más elevadas de ideación suicida, intentos de suicidio y suicidios consumados que las personas sin el VIH. La ideación suicida también puede estar asociada a conductas de riesgo de transmisión del VIH y a una peor adherencia a la terapia antirretroviral. Sin embargo, se sabe poco sobre los factores de riesgo clínicos y sociodemográficos de la ideación suicida entre las personas con el VIH.

Para arrojar más luz sobre esta cuestión, un equipo de investigadores de Kaiser Permanente y la Universidad de California en San Francisco (UCSF, EE UU) realizó un estudio con el objetivo de detectar y evaluar los factores de riesgo específicos asociados con la ideación suicida entre personas con el VIH que reciben atención sanitaria.

El estudio incluyó a 2.829 personas con el VIH a las que se examinó respecto a su consumo de sustancias y depresión entre octubre de 2018 y julio de 2020 en tres clínicas de atención primaria de Kaiser Permanente en el norte de California (Oakland, Sacramento y San Francisco).

Un 92% de los participantes eran hombres, un 56% de raza blanca, con un promedio de edad de 54 años y un promedio de tiempo transcurrido desde el diagnóstico de VIH de 18 años.

Se utilizaron datos procedentes del estudio Promoting Access to Care Engagement (PACE), que analizó el cribado informatizado en atención primaria para identificar el consumo de sustancias, depresión y ansiedad en personas con el VIH. Este estudio incluyó un cuestionario con preguntas sobre consumo de tabaco, alcohol, medicamentos con receta y otras sustancias, así como un cuestionario sobre salud del paciente (PHQ-9) que los participantes debían autocumplimentar durante el periodo de estudio.

Como parte de este estudio, se añadió una alerta al historial clínico electrónico cuando el cribado identificó pensamientos suicidas en un paciente. La integración de estos resultados en el historial clínico electrónico con la identificación automática de los pacientes que manifestaban ideación suicida fue muy bien recibida por los médicos, que pudieron realizar un seguimiento rápido de los pacientes cuando era clínicamente necesario.

En general, el 8% de los pacientes declararon tener pensamientos suicidas, una cifra superior a la que suele observarse en la población general sin el VIH, pero inferior a la que han hallado otros estudios sobre personas con el VIH. La tasa más baja en esta población de estudio podría deberse a que estos pacientes tienen cobertura de seguro médico y también a que la mayoría mantiene visitas regulares de atención primaria, y tienen su VIH bajo control.

Asimismo, en el estudio PACE se impulsó el uso de un proceso de cribado normalizado e informatizado para los pacientes con el VIH atendidos en atención primaria. Dada la vulnerabilidad de esta población, se consideró que el cribado de la ideación suicida y de los factores asociados al riesgo de suicidio debía ser un componente rutinario de la atención clínica a las personas con VIH, pese a que la aplicación del cribado en los centros de atención primaria plantea algunas dificultades. Por otra parte, se constató una mayor probabilidad de ideación suicida personas con seguro público (Medicaid), lo que puede ser un indicador de vulnerabilidad socioeconómica en algunos pacientes.

Volviendo al estudio principal, los investigadores analizaron los resultados del cribado por consumo de sustancias y depresión junto con la información de los historiales médicos de los pacientes sobre diagnósticos psiquiátricos, tratamientos y control del VIH, cobertura del seguro médico y condiciones económicas del lugar de residencia.

En general, el 60% de los participantes declararon no tener problemas con el consumo de sustancias, el 27% indicaron consumir una sustancia, el 10%, dos sustancias y el 3%, tres o más.

Los investigadores revelaron que la ideación suicida era mayor entre los participantes que afirmaron consumir sustancias, especialmente entre los que consumían drogas estimulantes (como metanfetamina o cocaína) o múltiples sustancias.

Las probabilidades de tener ideación suicida entre las personas que declararon tomar una sustancia, dos sustancias o tres o más sustancias fueron respectivamente un 1,7, 2,2 y 4,5 mayores en comparación con los participantes que no indicaron tener un consumo problemático de sustancias.

Los pacientes con el VIH y un diagnóstico de depresión (16%) o ansiedad (16%) también presentaban un mayor riesgo de pensamientos suicidas, registrándose 4,2 veces más probabilidades de pensamientos suicidas en caso depresión, en comparación con los que no tenían depresión.

Estos resultados refuerzan la importancia del tratamiento de estos trastornos psiquiátricos prevalentes entre las personas con el VIH para reducir el riesgo de conductas suicidas.

Por otra parte, en el estudio no se evidenció una conexión entre los pensamientos suicidas y las medidas relacionadas con el VIH, como el control de la carga viral, ni un efecto de las condiciones económicas del lugar de residencia. Además, se observó una mayor probabilidad de ideación suicida entre quienes tenían un seguro médico público (Medicaid), lo que puede ser un indicador de que la vulnerabilidad socioeconómica en algunos pacientes resulta ser un elemento importante a tener en cuenta entre los factores de riesgo de ideación suicida.

Como conclusión los investigadores señalan que los médicos y profesionales de la salud deberían evaluar los factores de riesgo clave para abordar la ideación suicida entre las personas con el VIH.

Fuente: Grupo de Trabajo sobre tratamientos del VIH

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