Dos nuevas pruebas diagnósticas de la infección por el virus de la hepatitis C (VHC) han recibido el visto bueno a lo largo de las últimas semanas: la primera prueba de detección de ARN del VHC destinada a uso en entornos comunitarios y la primera prueba autodiagnóstica precalificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Dichas nuevas pruebas pueden permitir hacer aflorar bolsas de casos de infección por VHC a las que difícilmente se puede acceder desde el sistema sanitario.
La primera de las pruebas ha sido autorizada por la Agencia de la Alimentación y el Medicamento de EE UU (FDA, en sus siglas en inglés). Se trata de la prueba Xpert HCV, la primera prueba de detección directa del VHC que se puede usar en centros de diagnóstico inmediato –conocidos como point-of-care–. Dichos centros incluirían aquellos de tratamiento de trastornos por uso de sustancias, programas de intercambio de jeringuillas y diversos tipos de centros médicos de tipo comunitario.
En lugar de requerir que una muestra se envíe a un laboratorio central para su análisis, la presente prueba detecta el ARN del VHC y entrega resultados en aproximadamente una hora usando una muestra de sangre del dedo. Su gran aportación respecto a las pruebas rápidas de anticuerpos actualmente disponibles es que un resultado positivo a una prueba de ARN indica infección activa, mientras que una prueba de anticuerpos positiva podría indicar una infección ya superada en el pasado.
De este modo, la autorización de esta prueba permite un enfoque de “diagnosticar y tratar”, de manera que una persona puede realizar la prueba y, si resulta positiva para el ARN del VHC, ser vinculada a atención médica y potencialmente recibir tratamiento durante la misma visita (en el caso de tratarse de un centro médico con capacidad de prescripción y dispensación) o tras un periodo de tiempo corto si el programa diagnóstico se complementa con un sistema de derivación rápida efectivo. Antes de la disponibilidad de una prueba rápida para centros de diagnóstico inmediato, las pruebas de VHC eran un proceso de múltiples pasos que a menudo resultaba en la necesidad de citas de seguimiento para obtener resultados y pruebas adicionales, lo que podía llevar a que los pacientes no recibieran un diagnóstico ni el tratamiento a tiempo o bien se perdieran durante el seguimiento.
La segunda de las noticias relativas a las pruebas diagnósticas de la infección por el VHC ha venido de la mano de la OMS, que ha precalificado la primera prueba de autodiagnóstico del VHC, lo que supone un paso crucial para ampliar el acceso a las pruebas diagnósticas y acelerar los esfuerzos globales respecto a la hepatitis C. Cabe destacar que, en 2016, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció los objetivos mundiales para la eliminación de las hepatitis víricas como un problema de salud pública para el año 2030. Específicamente, se fijaron unos objetivos que pretenden reducir el número de nuevas infecciones por hepatitis víricas en un 90% y disminuir en un 65% el número de fallecimientos por dichas hepatitis para 2030. Lamentablemente aún no se va en el buen camino para lograrlo a nivel global.
La prueba de autodiagnóstico, llamada OraQuick HCV Self-Test, es una extensión de la prueba rápida de anticuerpos OraQuick® HCV, precalificada por la OMS en 2017 para uso profesional. La versión de autodiagnóstico, diseñada específicamente para usuarios no profesionales, proporciona a las personas un kit con los componentes necesarios para realizar la prueba.
La OMS recomendó las pruebas de autodiagnóstico del VHC en 2021 para complementar los servicios existentes de pruebas de cribado del VHC en los países. La recomendación se basó en pruebas que demostraban su capacidad para aumentar el acceso y la aceptación de los servicios de cribado, especialmente entre las personas que de otro modo no se harían la prueba. Cabe destacar que los proyectos de implementación de pruebas de autodiagnóstico han demostrado altos niveles de aceptación y viabilidad, así como la capacidad de mejorar la autopercepción, la autonomía y el acceso a servicios de autocuidado libres de estigmas.
Las presentes dos aprobaciones permiten seguir avanzando para acabar con la amenaza que aún supone la infección por el VHC a nivel global a pesar de la existencia de tratamientos altamente efectivos para curarla. Así, mientras que la prueba de detección directa probablemente se circunscribirá -al menos a corto plazo- a países de ingresos altos, la prueba precalificada por la OMS puede permitir un amplio acceso en países de ingresos medios e incluso en algunos de ingresos bajos, aunque ello dependerá de una adecuada dotación presupuestaria y de un sistema de distribución y dispensación eficiente.
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